La media-media
No encuentro una media.
Le he dado vueltas a toda la casa y nada. Seguro me la ha escondido una hada. Voy tomando mi leche antes de dormir y solo pienso y pienso donde puede haber quedado esa media.
La verdad no estaría nada preocupado sino fuera porque en pocos minutos se va a dar cuenta mi mamá que ando en pijamas y me falta una media.
No es la primera vez y seguro no será la última. Es como si desapareciera. En un momento tengo las dos medias y de pronto no. Como en el mejor acto de magia, puf. cero. nada.
Cuando aparece no siempre está en el mismo lugar, a veces está entre mis sabanas, a veces debajo de la cama, otras en la cocina, detrás de la puerta del baño, y en tantos otros lugares.
Casi siempre la encuentro hecha un picarón. Bien enrolladita, ya sé que no lo es, pero sí parece un picaroncito.
Mi mamá se va a molestar mucho si no encuentro ese picarón ya mismo. Mientras busco esta media me imagino esos aparatos que usan para detectar los metales. Deberían inventar uno para buscar las medias.
Funcionaría muy parecido. Uno pone el switch en “medias” y se va paseando por la casa y el aparatito debería ir emitiendo unos pulsos que se van haciendo más rápidos en medida que te acercas a la media.
Algo así como frio-frio.. tibio-tibio… caliente-caliente… levanto una almohada y no aparece, pero no importa frio-frio… vamos al ropero, no puede ser porque ¿quién se sacaría una media dentro del ropero?
No sé que pasa y me imagino que tal vez yo estuve hace unos minutos detrás del ropero sacándome la media.
Me invento una historia casi cierta en la que por avatares del momento, decidí quitarme una media dentro del ropero. Así que ya estoy convencido que está ahí.
Entro y me imagino que estoy en un bosque dentro del ropero.
Repito muchas veces las palabras “qué raro”, “qué raro”… hago todo el esfuerzo y no encuentro nada.
Mi mamá me llama a su cuarto y yo voy corriendo pero entro en el ángulo perfecto para que no se de cuenta.
Me escondo sentado en el piso detrás de su cama. Y pienso que lo he logrado. Hasta que escucho “Hijito a ver tus pies?”
Y entonces pienso rápido y me quito la media que tengo. Así, parece que solo me he olvidado de ponerme las medias. Mi mamita me dice “hijiitooo por favor ANDA A PONERTE LAS MEDIAS”.
Y entonces voy a mi cuarto, abro el cajón de las medias, y me pongo a buscar ahora sí un nuevo par.
Tengo en el bolsillo de mi pijama esta media que es la prueba del delito, así que se me ocurre esconderla al fondo del cajón. Pero mientras estoy intentando esconderla me doy cuenta que la media que me había sacado en realidad eran dos.
Todo este tiempo había tenido puestas dos medias en un solo pie.
Y por eso, no encontraba la otra.
Caliente-Caliente.